Su empleo
Como cuidador, usted cumple un papel crucial dentro del sector de la salud al brindar un apoyo valioso a los pacientes, lo que tiene un impacto significativo en su bienestar diario. Sin embargo, esta exigente profesión también puede suponer riesgos para la propia salud física.
Estos riesgos se manifiestan en forma de trastornos musculoesqueléticos (TME) resultantes de acciones repetitivas como barrer, lavar pisos y escurrir, transportar cargas pesadas cuando los pacientes se levantan y se acuestan así como mover muebles, así como la necesidad de adoptar Posturas restrictivas como ponerse en cuclillas o levantar los brazos al limpiar habitaciones o movilizar pacientes.
El 94% de las enfermedades profesionales reconocidas entre los auxiliares de enfermería de residencias de ancianos están relacionadas con estos TME. Esta compleja situación es el resultado de varios elementos, incluido el envejecimiento de la población, la creciente prevalencia de múltiples enfermedades, las limitaciones financieras, las demandas públicas y la forma en que se organiza el trabajo. Los incidentes son frecuentes y muestran una constante tendencia al alza en este sector de actividad.
Ayudar a una persona a volver a la cama, levantarse de la silla, sentarse, etc. El día a día de un cuidador se caracteriza por tareas físicamente exigentes que pueden derivar a largo plazo en lesiones musculares, lumbalgias, hernias discales y problemas articulares. Más de la mitad de los TME afectan a la región lumbar.
● Lesiones musculares: los asistentes sanitarios deben mover y manipular a los pacientes periódicamente. Esto provoca tensión en los músculos y las articulaciones, especialmente si no se utilizan técnicas adecuadas para levantar y mover.
● TME del hombro: además de manipular a los pacientes, es posible que los cuidadores deban levantar y transportar equipos médicos pesados, como tanques de oxígeno o carritos, que añaden presión sobre los hombros.
● Dolor lumbar: Su trabajo a menudo implica pasar largas horas en posiciones incómodas, como agacharse o ponerse en cuclillas para atender a los pacientes. Estas posturas prolongadas pueden ejercer una tensión excesiva sobre los músculos de la espalda.
● Hernia discal: los intensos esfuerzos físicos asociados al trabajo diario pueden ejercer una presión considerable sobre la columna. Una agenda ocupada y la falta de descansos regulares pueden provocar lesiones en el disco intervertebral.
Los trastornos musculoesqueléticos (TME) son enfermedades que afectan a las articulaciones, músculos y tendones debido, en particular, a una sobrecarga biomecánica.
Dada su elevada prevalencia (representan el 87% de las enfermedades profesionales en Francia) y sus repercusiones tanto para los trabajadores (secuelas, etc.) como para las empresas (absentismo, caída de la productividad, cotizaciones al seguro médico, etc.), es necesario implementar acciones concretas para remediar esto.
Entre ellos, es posible recurrir a los exoesqueletos.
Para minimizar estos riesgos, es esencial el uso de ayudas de elevación y una formación adecuada en técnicas de manipulación de pacientes.
● Ejercicios y estiramientos: anime a los cuidadores a practicar regularmente estiramientos e incluso ejercicios de fortalecimiento muscular para ayudarles a prevenir problemas de espalda y articulaciones.
● Formación y sensibilización: la prevención es la clave para evitar los TME propios de la profesión de auxiliar de enfermería. Los empleadores deben brindar capacitación adecuada sobre la prevención de TME, prácticas adecuadas de manejo de pacientes y reconocimiento de los factores de riesgo.
● Ergonomía en el trabajo: La ergonomía desempeña un papel crucial en la prevención de lesiones. La adquisición de equipos médicos ergonómicos, en particular dispositivos de asistencia física como exoesqueletos, resulta ser una forma eficaz de aliviar las limitaciones físicas y mejorar las posturas. Además, ajustar la altura de las superficies de trabajo, utilizar ayudas de manipulación, como elevadores de pacientes, para reducir el transporte de cargas pesadas, o sillas adecuadas, ayuda a reducir el riesgo de lesiones.
Los Dispositivos de Asistencia Física de tipo exoesqueleto son soluciones ergonómicas que, como su nombre indica, tienen como objetivo reducir las exigencias biomecánicas de los trabajadores.
Estos exoesqueletos, que se llevan en el cuerpo como una mochila, son completamente pasivos (sin motores, cilindros ni otros componentes electrónicos) y funcionan según un principio de almacenamiento-restitución de energía mediante resortes fabricados con materiales compuestos.
En concreto, los exoesqueletos desarrollados por ErgoSanté facilitan el trabajo, reducen la fatiga, preservan la salud y mantienen el empleo.
El HAPO es un dispositivo de asistencia física pasiva que funciona mediante varillas elásticas de material compuesto que permite una transferencia parcial de esfuerzos desde la parte superior del tronco (a través del soporte pectoral) a los muslos.
Ligero (1,2 kg) y discreto, el HAPO fue diseñado para ayudar a los trabajadores a reducir la carga física lumbar y así preservar los discos intervertebrales.
Las situaciones óptimas para utilizar el exoesqueleto HAPO son aquellas que requieren una postura "inclinada hacia adelante" durante tareas estáticas o dinámicas.
Utilizable tanto en exteriores como en interiores, el HAPO tiene la particularidad de ser desconectable para poder sentarse en una máquina o subir escaleras sin molestias y con total seguridad.
Durante las pruebas de laboratorio, se demostró que, en comparación con una situación sin exoesqueleto, el HAPO permitió reducir la demanda de los músculos de la espalda en aproximadamente un -20%.
EL HAPO SD (Sin desbloqueo) es el dispositivo de asistencia física pasiva más simple y robusto de la gama HAPO. Ligero (0,9 kg) y discreto, el HAPO SD ha sido diseñado para redirigir parcialmente los esfuerzos desde la parte superior del torso (mediante un soporte pectoral) hacia los muslos.
El HAPO SD funciona con varillas elásticas de material compuesto reduce la carga física lumbar trabajadores y así preserva los discos intervertebrales.
Las situaciones óptimas para el uso del exoesqueleto HAPO SD son aquellas que requieren una flexión completa del tronco en el suelo, estático o dinámico.
Durante las pruebas de laboratorio, se demostró que, en comparación con una situación sin exoesqueleto, el HAPO SD permitió reducir aproximadamente -11% tensión muscular de la espalda.